Aproximadamente medio millón de kilómetros cúbicos en Australia, China, América del Norte y Sudáfrica
Científicos de la Universidad de Flinders, en Australia, han descubierto enormes reservas de agua dulce bajo los océanos, a kilómetros de distancia mar adentro de Australia, China, América del Norte y Sudáfrica. El hallazgo podría evitar la temida y previsiblemente venidera crisis mundial del agua. Pero los aspectos técnicos y ecológicos que entraña el acceso a esas reservas son complejos.
Científicos de la Universidad de Flinders, en Australia, han descubierto enormes reservas de agua dulce bajo los océanos, a kilómetros de distancia mar adentro. El hallazgo, señalan los investigadores, proporciona nuevas oportunidades para evitar la temida y previsiblemente venidera crisis mundial del agua.
Con su estudio, que ha aparecido detallado en Nature, los investigadores han revelado que aproximadamente medio millón de kilómetros cúbicos de agua de baja salinidad se encuentran sepultados bajo el lecho marino, en plataformas continentales de todo el planeta.
El agua, que tal vez podría ser utilizada para cubrir las necesidades de ciudades costeras, ha sido localizada a cierta distancia de Australia, China, América del Norte y Sudáfrica.
"El volumen de este recurso hídrico es cien veces mayor que la cantidad que hemos extraído de debajo de la superficie de la Tierra en el siglo pasado, desde 1900", ha explicado el autor principal de la investigación, Vincent Mensaje, del National Centre for Groundwater Research and Training (NCGRT) de la Universidad de Flinders, en un comunicado institucional.
"El conocimiento de estas reservas es una gran noticia, porque este volumen de agua podría sostener algunas regiones durante décadas", añade Post.
Con su estudio, que ha aparecido detallado en Nature, los investigadores han revelado que aproximadamente medio millón de kilómetros cúbicos de agua de baja salinidad se encuentran sepultados bajo el lecho marino, en plataformas continentales de todo el planeta.
El agua, que tal vez podría ser utilizada para cubrir las necesidades de ciudades costeras, ha sido localizada a cierta distancia de Australia, China, América del Norte y Sudáfrica.
"El volumen de este recurso hídrico es cien veces mayor que la cantidad que hemos extraído de debajo de la superficie de la Tierra en el siglo pasado, desde 1900", ha explicado el autor principal de la investigación, Vincent Mensaje, del National Centre for Groundwater Research and Training (NCGRT) de la Universidad de Flinders, en un comunicado institucional.
"El conocimiento de estas reservas es una gran noticia, porque este volumen de agua podría sostener algunas regiones durante décadas", añade Post.
Un fenómeno bastante común
Según el investigador, los científicos ya sabían que había reservas subterráneas de agua dulce bajo el lecho marino, pero pensaban en ellas como algo excepcional. "Nuestra investigación demuestra que los acuíferos dulces y salobres bajo el lecho marino son en realidad un fenómeno bastante común".
Estas reservas se han ido formando en los últimos cientos de miles de años en los que, como media, el nivel del mar era mucho más bajo de lo que es hoy, y la costa estaba más lejos, explica Post.
"Así que, cuando llovía, el agua se filtraba en el suelo llenando áreas que hoy se encuentran bajo el mar. Esto sucedió en todo el planeta. Cuando el nivel del mar aumentó porque las capas de hielo comenzaron a derretirse, hace unos 20.000 años, estas áreas quedaron cubiertas por el océano. Muchos de estos acuíferos quedaron - y siguen estando - protegidos del agua de mar por capas de arcilla y sedimentos situados sobre ellos".
Estas reservas serían similares a las reservas subterráneas de agua, normalmente de agua potable; y la salinidad de su contenido es lo suficientemente baja como para que pueda ser convertido en agua potable, afirma Post.
Según el investigador, los científicos ya sabían que había reservas subterráneas de agua dulce bajo el lecho marino, pero pensaban en ellas como algo excepcional. "Nuestra investigación demuestra que los acuíferos dulces y salobres bajo el lecho marino son en realidad un fenómeno bastante común".
Estas reservas se han ido formando en los últimos cientos de miles de años en los que, como media, el nivel del mar era mucho más bajo de lo que es hoy, y la costa estaba más lejos, explica Post.
"Así que, cuando llovía, el agua se filtraba en el suelo llenando áreas que hoy se encuentran bajo el mar. Esto sucedió en todo el planeta. Cuando el nivel del mar aumentó porque las capas de hielo comenzaron a derretirse, hace unos 20.000 años, estas áreas quedaron cubiertas por el océano. Muchos de estos acuíferos quedaron - y siguen estando - protegidos del agua de mar por capas de arcilla y sedimentos situados sobre ellos".
Estas reservas serían similares a las reservas subterráneas de agua, normalmente de agua potable; y la salinidad de su contenido es lo suficientemente baja como para que pueda ser convertido en agua potable, afirma Post.
Cómo acceder a las reservas
"Hay dos maneras de acceder a esta agua: la construcción de plataformas marinas desde las que perforar el fondo marino o hacer perforaciones desde islas cercanas a los acuíferos”, explica el investigador.
Estas perforaciones podrían resultar muy costosas, por lo que estos acuíferos como fuentes de agua dulce tendrán que ser estudiados en términos de costes, sostenibilidad (para no contaminar ni agotar las reservas, que no se repondrán) e impacto ambiental, frente a otras medidas como la desalinización.
Sin embargo, Post afirma que el “agua dulce del fondo marino es mucho menos salada que el agua del mar", por lo que “se podría convertir en agua potable usando menos energía que en la desalinización de agua de mar”.
De cualquier forma, “dados los problemas con el agua dulce de nuestro planeta, el descubrimiento de nuevos depósitos resulta muy emocionante y supone que hay más opciones a considerar para ayudar a reducir el impacto de las sequías y de la escasez de agua continental", concluye el investigador.
"Hay dos maneras de acceder a esta agua: la construcción de plataformas marinas desde las que perforar el fondo marino o hacer perforaciones desde islas cercanas a los acuíferos”, explica el investigador.
Estas perforaciones podrían resultar muy costosas, por lo que estos acuíferos como fuentes de agua dulce tendrán que ser estudiados en términos de costes, sostenibilidad (para no contaminar ni agotar las reservas, que no se repondrán) e impacto ambiental, frente a otras medidas como la desalinización.
Sin embargo, Post afirma que el “agua dulce del fondo marino es mucho menos salada que el agua del mar", por lo que “se podría convertir en agua potable usando menos energía que en la desalinización de agua de mar”.
De cualquier forma, “dados los problemas con el agua dulce de nuestro planeta, el descubrimiento de nuevos depósitos resulta muy emocionante y supone que hay más opciones a considerar para ayudar a reducir el impacto de las sequías y de la escasez de agua continental", concluye el investigador.
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