El Parlamento francés ha prohibido que los alumnos en los colegios, y algunos cursos del instituto, puedan utilizar sus dispositivos en el centro. El motivo ha sido la fuerte necesidad de los jóvenes a estar constantemente pegados a la pantalla de sus Smartphones que han detectado entre los alumnos.
En Francia ya no es posible que los niños usen sus teléfonos móviles o tabletas en el colegio, ni siquiera en el recreo. La nueva prohibición aprobada por el Parlamento francés era una de las promesas del presidente Emmanuel Macron, quela oposición considera como innecesaria. Esta ley llega cuando la preocupación de los padres ante la revolución digital es más fuerte que nunca, conociendo la necesidad que tienen sus hijos a todas horas de estar "encganchados" a sus teléfonos móviles y los riesgos que esto supone, como el acoso o las estafas. La ley ha sido aprobada por mayoría en la Cámara baja de la Asamblea Nacional aunque ya existía un texto de 2010 que prohibía el uso de dispositivos móviles durante las horas de clase.
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, la ha calificado como una "ley para el siglo XXI, una ley sobre la revolución digital", según declaraciones en el Parlamento. De esta manera, los niños que no tengan 15 años tendrán prohibido hacer uso de su Smartphone aunque si estará permitido que lo lleven encima, de manera que no podrán usarlo hasta que acabe la jornada lectiva.
Esta nueva medida entrará en vigor en septiembre de 2018 y evitará que los niños se pasen el día pegados a una pantalla, pues según una encuesta en 2016, casi 9 de cada 10 niños franceses de entre 12 y 17 años tienen teléfono móvil. Esta medida también permite que los centros establezcan sus propias excepciones en los reglamentos internos, siendo ellos los que establezcan las multas y sanciones, e intenta conseguir que se favorezcan las relaciones interpersonales y la concentración en el colegio y algunos cursos del instituto.
En España aún no contamos con regulación ante este problema
En España, sin embargo, este problema no está regulado por ninguna ley en concreto, sino que se abdica directamente en los reglamentos internos de cada colegio o instituto, y se abre un debate sobre qué hay que hacer: prohibir el uso de dispositivos para que no influyan en la concentración del alumno, o permitirlos para enseñar a los jóvenes a utilizarlos y fomentar un uso pedagógico. Un estudio de la UNESCO sobre aprendizaje móvil en 2012 advertía de los peligros del móvil en el ámbito escolar por casos de acoso, bullying, distracción y aislamiento, pero también sus beneficios: fomento del trabajo en equipo y de la participación de los alumnos en el aula.
Según datos del Insituto Nacional de Estadística (INE) en 2014, 1 de cada 3 niños de 10 años en España tenía móvil. A partir de los 13 sube al 78,4%, y a los 15 el 90%, desde entonces su uso se ha agravado, por lo que debemos considerar la posibilidad de que estos datos hayan aumentado. En el Instituto Torre Vicens de Lleida se prohibió llevar móviles al centro durante el curso 2016-2017. Esta medida llegó tras una observación por los propios profesores de cómo los alumnos se aislaban en el recreo, dejando de practicar deportes y de charlar. Se prohibió de esta manera a los niños de entre 12 y 14 años acudir con sus teléfonos móviles y comunicaron las sanciones: 3 días de expulsión, 10 días si reincidías. Las expulsiones no eran a su casa sino a clases de bachillerato, incluyendo en el recreo.
Esta preocupación ha llegado a todas las esferas de la educación, que se debaten sobre qué es más correcto hacer ante esta demanda creciente. Nosotros como padres, debemos limitar el uso en casa de estos dispositivos, fijando horarios y acotando su uso a unas horas a la semana para evitar que nuestros hijos adquieran una adición cada vez más común entre los adolescentes.
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